“Aunque el reto sea organizacional, el verdadero cambio siempre ocurre a nivel individual”. Lee Hecht Harrison

El cambio se anuncia en cada área de la compañía. A pesar del refugio en la resistencia, la implementación del Control Interno es inminente.

¿Y si empezamos con tu historia? Hablemos de cómo ejecutas tu trabajo, cada actividad, qué información requieres (inputs), cómo se procesa y los resultados o informes que se generan (outputs), qué herramientas utilizas, qué autorizaciones o revisiones se requieren, si están alineadas o no con las políticas y procedimientos de la Compañía. Entonces surgen las preguntas: ¿es así tu día a día?, ¿Qué puedes mejorar?, ¿Qué resultados quieres alcanzar?

Hablar de riesgos, apetito de riesgo y controles por primera vez, no es tarea fácil, pero inicia creando conciencia de la necesidad de alineación del trabajo y los objetivos individuales con las metas de la organización, de enterarse que al final formamos parte de un todo, como una pieza de engranaje.

Entonces comprenderemos la definición de control interno tal como lo indica COSO CI: un proceso continuo, llevado a cabo por personas, para cumplir los objetivos relacionados a las operaciones, información y cumplimiento, adaptable a la estructura de la entidad.

Pero, cómo se alinean los objetivos (estratégicos, financieros y cumplimiento) con la misión de la Compañía, ¿Cómo se incorpora a cada miembro dentro de este proceso? Aquí nos encontramos con el término de cultura corporativa y su impacto en el entorno de control y gestión de riesgos.

Si bien una organización puede tener excelentes procesos, controles internos y una estrategia perfecta, no servirán de mucho con una cultura deficiente que solo cause limitaciones.

Por lo tanto, la cultura corporativa aborda tres dimensiones: la identidad, el sistema de valores y la estrategia. Más allá de esto, ¿Cómo transmitiremos ese sentimiento de identidad que facilite la cohesión entre todos los miembros de la compañía?

Una posible respuesta: conoce a tu gente, escúchala. Descubre qué les apasiona y aprende de ellos. Garantiza que los valores y comportamientos indispensables para lograr esa cultura corporativa deseada, sean parte de su vida.

Control Interno es un modelo de integración de equipos y de transformación, donde la estandarización de procesos y la optimización de recursos, más que un requisito de cumplimiento pasa a ser un estilo de liderazgo inclusivo y búsqueda de la excelencia.

Por qué no optar por una cultura donde, entre otros beneficios, puedas aprender, desarrollarte, marcar la diferencia y crear una carrera.

Y en tu caso ¿Ya implementaste las mejores prácticas del Control Interno?, si no es así ¿Qué esperas?

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